EXPOSICIÓN EN BÚSQUEDA DEL HILO ROJO
FOTOS: CLAUDIO MARTINEZ VALENZUELA
No lo había planificado, simplemente sucedió...
Empezó como una broma de colegas en conversaciones sobre arte textil en la historia del arte, por ejemplo el tapiz Bayeux. Alguien me preguntó si había pensado bordar la historia de Chile, y no lo había hecho. Pero la idea se fue arraigando y traduciendo en un diálogo con un dador invisible; me topaba con libros con información, imágenes, material, en la calle, en la biblioteca aquí en la Casa del Árbol, hasta en la feria de frutas y verdura, y mientras más leía, más fue creciendo el interés.
Busqué agujas e hilo, y utilicé fotos viejas y nuevas en blanco y negro como prototipos, que me dieron ganas de darles color y convertirlas y adaptarlas al textil.
Para mi generación de artistas en Europa era importante dominar el máximo de técnicas diferentes, también en el arte textil.
Mi madre fue bordadora profesional.
He pasado enferma varios períodos largos, en cama, sin poder pintar, y en esos períodos me sirvió el saber bordar. Yo no era, por lo tanto, una novicia en el arte de bordar.
Mi relación con Chile se remonta a 1954, cuando con un bebé en brazos, por primera vez llegué a Viña y me encontré casada con una familia de la alta burguesía, con raíces en Europa Central.
Lo único que sabía al llegar a Chile era que es el país más largo del mundo. Y no sabía mucho más, cuando dos años y medio más tarde dejé ese país del que había visto tan poco desde la jaula dorada en la que vivía, pero cuya gente ya tenía en mi corazón.
Volví a Chile recién en 1989, 33 años más tarde. En el intertanto había realizado algunas actividades por Chile como la campaña de 1960 en apoyo a las víctimas del tsumani en Puerto Saavedra, que marcó el comienzo de ”Sverigehjälpen” (“Suecia ayuda”, ver el libro “Lazos solidarios” de Anna-Karin Gauding) y la exposición en apoyo a las fuerzas democráticas de Chile en 1974, que finalmente resultó en el Museo Salvador Allende en Santiago, pero esa es otra historia…
No pretendo dar una imagen correcta o total de la historia chilena. Es mi imagen - mis imágenes - de Chile a través de los siglos, como me llegaron a mí durante el trabajo con la exposición, en libros y otros medios, de los amigos, porque esta exposición no se habría podido realizar sin ayuda de los amigos.
Inicié el trabajo en enero de 2016, empezando en la época precolombina. De cada siglo a partir de 1500 pretendo mostrar lo esencial. Resultaron 38 imágenes bordadas. Pensé llegar a 40, pero algunos problemas de salud me lo impidieron.
Muchas gracias a todos los amigos que me apoyaron y ayudaron durante el año de trabajo 2016, sobre todo a mi hija Fátima Nadja, que en gran medida dejó de lado su propio camino creativo para dedicarse al cuidado diario de mi salud y bienestar general.
Casa del Árbol, el 15 de marzo de 2017
Solveig Norrman